Aconsejado por mi pediatra, he actualizado el relato del incómodo Augusto Espinardo. En este capítulo se relatan interesantes hechos que no sólo cuestionan la religión monoteísta sino que incluso podría poner en dudar la naturaleza no quirúrgica de los pechos de algunas modelos.
He introducido determinados elementos simbólicos que nos remiten a la Torah, pero en la edición apócrifa de Marvel. También aparece Dios en su versión católica, si bien también podría ser un tipo que una vez me pidió dinero para coger el autobús (me prometió devolvérmelo, de eso hace ya 5 años, y en caso de no hacerlo, me reservo el derecho de afearle la conducta en las redes sociales).

Hoy he tenido un día reguleras porque me he enterado de que la expansión del universo hace que los cúmulos de galaxias se alejen unos de otros, y lo hacen a un ritmo tal que por cada megapársec de distancia (o sea, cada 3 millones de años-luz) la velocidad de alejamiento se incrementa en 71 kilómetros por segundo, y no sé cómo contárselo a mi panadera.
Quizá no debería haber desvelado este dato que ahora os llenará de melancolía haciéndoos mirar con desdén la materia oscura. Espero, no obstante, compensaros con la lectura del relato cómico-teológico sobre Augusto Espinardo. En cualquier caso, yo he decido aplazar de nuevo mi ducha semestral. Total para qué. Pinchad AQUI