Pues sí, de algún modo accidentalmente hay otro capítulo del podcast.
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Qué más queréis que os diga.
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Qué más queréis que os diga.
Tras varias presiones del lobby de frutos secos duros, he tenido que retomar el blog. Han sido un par de años difíciles a causa de esa tragedia mundial que todos hemos sufrido: la rotunda negativa de los fabricantes de calzoncillos en aclarar cuál es la parte delantera y cuál la trasera. Por lo demás, poco que comentar.
No obstante, y ante la cada vez más difícil posibilidad de ser elegido “Miss camiseta mojada Playas de Mojácar “ , me animé a elaborar un podcast, dado que hay pocos.
En síntesis, semanalmente podréis disfrutar de forma gratuita de breves episodios sobre Historia y materias afines como la repostería con harina de otro costal.
Ya disponible en las principales plataformas de distribución de repuestos para electrodomésticos y aquí https://anchor.fm/s/94291294/podcast/rss
Aprovechando que he decidido quedarme unos días por casa en vez de acudir a una de las habituales orgías con plantígrados y sofistas organizadas por las proliferantes asociaciones de editores solteros, he retomado este blog que tanto éxito y prebendas me está trayendo.
No ha sido, querido lector, una ausencia en balde, sino que me he dedicado a investigar en profundidad el asuntillo este del coronavirus, sobre el cual se viene comentando bastante que podría ocasionar molestias. Tras infiltrarme en el submundo de las farmacéuticas y las tiendas de productos ecológicos que controlan el tinglado de la salud y la higiene, hete aquí este interesante reportaje que, sin criterio alguno, fue difundido por una de las publicaciones más seguidas en el mundo académico, justo por detrás del folleto para inscribirse en «Alcohólicos anónimos». Pasen y lean en ARTNOIR, de la que, si les queda algo de vergüenza, ya deberían estar suscritos:
Pocas cosas hay más reconfortantes para un humorista, aparte de sentir los genitales untados con una mezcla de miel y guindilla en polvo, que recibir el halago de otro humorista o la carta de devolución de la Renta. Hace unos días me animé a enivarle al gran Agustín Jiménez un ejemplar de mi libro «Relatos incómodos» y éste tuvo el detalle de elaborar un vídeo de agradecimiento:
Sólo me caben palabras de elogio para Agustín, especialmente por mostrarse accesible y humano, en coherencia con el personaje público. En estos tiempos se hace complicado encontrar la autenticidad y la humanidad, reina el egocentrismo que, lógicamente, se acrecienta cegadore en el escaparate público mediante espejos deformantes. Por eso debemos poner el acento en las excepciones que nos animan a congraciarnos con el mundo. a pesar del injustificado precio de los pistachos y los aguacates.
Quién sabe si de la lectura de esos relatos saldrá la semilla para un monólogo o un simple chiste que, a su vez, expanda la sonrisa en un público cada día más necesitado de motivos para sonreír en este mundo. Que corra la risa, porque agazapada se pone mustia e hiede a cinismo.
A raíz de la reciente publicación de «Relatos incómodos«, he recibido numerosas consultas de los lectores interesándose por mis influencias literarias y la medicación psiquiátrica. Dado que las propias características de un blog no están diseñadas para largas y aburridas exposiciones pedantes, permítanme centrarme en la figura del autor cuya obra ha calado más inténsamente en mi alma creativa: Zsolt Kövér Gömbös .
Curiosamente tuve conocimiento sobre el citado escritor gracias a Volodímir Kirilenko, prologista de los prólogos de mi libro, quien le mencionó de forma histérica durante una de nuestras habituales tertulias en la Univeridad sobre la filosofía política de Europa oriental y su relación con la costumbre de echar picatostes en el gazpacho. Mi interés por Zsolt Kövér derivó en una pasión obsesiva y enfermiza que me llevó a abandonarlo todo para dedicarme a investigar su biografía casi una mañana entera, con una breve pausa de 3 horas para almorzar y arrojar cacahuetes a una pareja de ecologistas.
Sábado 13 de julio de 2019, 25 º centígrados, 70% de humedad, 12:01 de la madrugada. El sudor resplandece sobre mi atlético cuerpo empapando los cartones que, a modo de piltra en el trastero, me ha cedido mi generosa pareja. Imposible dormir. Llaman a la puerta con golpes duros y cavernosos…
Es el mensajero de la Logia Milenaria de Críticos Literarios: a caballo sobre un esquelético jamelgo, un jinete cuya cabeza ha sido sustituida por un volumen de la décimo tercera edición del Diccionario María Moliner. Le murmuro la clave secreta («Tilde en sólo de solamente siempre»), me entrega el rollo de un frágil papiro amarillento y huye al galope entre una niebla tan espesa que acaba siendo arrollado por un tranvía. Además de un mapa y un bono descuento de la FNAC, el pergamino incluye el siguiente mensaje:
Al alba mañana, en los sótanos del Café Gijón. Vigila que no te sigan. Trae algo de picar.
* El bono descuento es válido para obras de Umbral.
Después de sacrificar una gallina leyéndole una biografía autorizada de Bill Gates y beberme la sangre de un licenciado en ingeniería informática, por fin consigo que la página web de RENFE me emita sin errores un billete a Madrid. En el taxi de camino hacia mi escalofriante cita, un pesado silencio aplasta mis cavilaciones, apenas interrumpido por los tópicos comentarios del conductor sobre la relevancia de la neurología social en la psicofilosofía.
seguir leyendoTras recibir presiones por parte de varias sectas heréticas cristianas y el consorcio de calamares a la romana, por fin me animé a recopilar, bajo el filtro del humor, una selección exquisita de mis artículos, cuentos sin moraleja, informes médicos y reflexiones, en un libro bajo el título «Relatos incómodos».
Han sido necesarios muchos esfuerzos y sacrificios en aprendizaje literario, traumas emocionales, formación universitaria y una bochornosa discusión con la anciana vecina de enfrente sobre la situación política en Tayikistán, hasta sentirme suficientemente cualificado para confeccionar esta obra asimilable al ensayo filosófico-antropológico-frigorífico.
En una sección específica del blog, iré desgranando las distintas actividades y los eventos promocionales en torno a esta mi primera publicación en solitario. Ya puedo ir avanzándoles un próximo encuentro nudista cerca de Guardamar con críticos literarios especialistas en Julio Cortázar y el enésimo debate con mis padres respecto a qué mierdas estoy dedicando mi vida.
Mientra tanto, sólo me cabe esperar que adquieran un ejemplar y me trasmitan sus felicitaciones o amenazas. Todos los beneficios recaudados irán destinados a una asociación unipersonal que promueve la preservación de un espécimen homínido cuarentón sumamente atractivo en peligro de extintor.
Para quienes todavía no estén familiarizados con mi estilo lírico marcado por el racionalismo y la teologia, les remito al siguiente video explicativo.
Aunque muchos de mis lectores me conozcan principalmente por mi faceta de modelo de ropa interior femenina o por la capacidad reflexiva de mi bis cómica, bajo este adorable cuerpo musculado y más allá de toda la ejemplar humildad que me permite mi intelecto muy superior, hay también un poeta.
Tal vez la fotografía anterior les haya llevado a concluir que soy un preadolescente: la verdad es que rondo ya los 25 años. Y desde hace más tiempo del que el paleontólogo municipal me permite admitir, vengo compartiendo amistad y lirismo con Vicente Llorente. Podría pasar horas detallándoles, emocionado, las inolvidables vivencias, los hermosos sentimientos y las ETS que he compartido junto y gracias a este artista, pero debo en breve poner unas lentejas en remojo.
Náufragos voluntarios de la isla creativa llamada Huacanamo, explorando la frondosidad salvaje de las artes, y sólo armados con un afilado sentido de la jocosa irreverencia, nos hemos traído tesoros o baratija cutre pero a la que, bajo la luz apropiada y varios defectos especiales, también hemos dado el valor necesariamente merecido. El escenario constituye el laboratorio donde se elabora la alquimia que convierte la realidad en algo más brillante y escaso. Y sobre esas maderas, compusimos el espectáculo «A dos velas», nombre que se refiere tanto a nuestra envidiable situación económica como a esa intimidad de la penumbra que invita a confidencias y descubre los matices más caricaturescos del alma.
Conjuntando música en directo, poesía recitada y videoproyecciones en un menú condimentado con desenfado y humor, como dos velas que aguantan su palo, vamos de aquí para allá por un módico precio absurdamente, sin importar la vergüenza ocasionada a familiares, amigos y a una señora que me mira de reojo cada vez que bajo a comprar el pan. No obstante, hemos además elaborado un documento audiovisual a modo de presentación y explicación de lo que hacemos. Deje usted, lector, de cabilar sobre la inconsistencia erótica de relacionar la fuerza gravitacional en la teoría del todo, y dese el justo descanso disfrutando con esto. Agradecidos quedaríamos si sirviera para actuar allí cerca de donde usted suspira.
Consejos muy sencillos de nuestros especialistas para que las familias pobres puedan cumplir con la petición de ahorro solicitada por el Banco de España
Según el Instituto Albaceteño Mundial de Ciencias Bastante Exactas, la tendencia económica internacional presenta síntomas de agotamiento acentuado tras la guerra comercial entre EEUU y China por el control en la importación de alcachofas. El propio subsecretario europeo de asuntos financieros y lencería fina, Otto Von Bom, ha explicado mediante complejos tecnicismos a este respecto «A mí me va la vida de puta madre, pero vosotros lo lleváis crudo, pringaos«. Por su parte, en una reciente reunión urgente del Banco de España para designar nuevo proveedor de marisco, su portavoz ha declarado con preocupante solemnidad que este mes todavía sopla fresco el cierzo. Lógicamente, el IBEX ha recibido esta críptica previsión macroeconómica haciendo el paripé de que bajaban las ganancias, incluso ha puesto cifras parpadeantes de color anarajado en las pantallas, aunque luego todos los brokers han salido riéndose y se han lanzado, cual coreografía acuática, dentro de una piscina de cocaína de 600 metros cúbicos donde chapoteaban seductoras unas 300 prostitutas, 5 críticos literarios especializados en la Nouvelle Vague y varios delegados de gobierno. Lo normal.
Ante semejante aciago panorama, desde esta revista nos hemos propuesto poner al alcance de nuestros lectores 5 sencillos trucos para favorecer de forma exponencial su capacidad de ahorro, dada también la imposibilidad de publicar el reportaje sobre depilación púbica en el clero que teníamos medio apalabrado.
En conclusión, si no ahorras es porque no quieres y te conformas con mantener ese talante de patético perdedor para despertar el cariño y recibir las lisonjas por parte del enigmático señor que atisba tu cuerpo flácido asomándose descaradamente entre las cortinas desde el piso de enfrente. Sabes que esta actitud, en el fondo, no te satisface eróticamente ni oculta tu delicada situación económica.
Como habrán comprobado ustedes, lisérgicos lectores, he tenido bastante desatendido este blog, pero no ha sido por motivos baladíes. Hace aproximadamente diez días me enzarcé en una necesaria pelea a puñetazos contra una pandilla de violentos agentes de la propiedad inmobiliaria quienes, durante una tranquila reunión de nuestro club de lectura del BOE, cuestionaron que Dios, en tanto que existiere, debería tributar el triple en proporcionalidad a su esencia como Santísima Trinidad. Comprenderán ustedes que la cuestión tiene la suficiente enjundia como para no pasarla por alto, considerando además que la exégesis y la presión fiscal constituyen la controversia más candente entre nuestros jóvenes. ¿Qué clase de ejemplo hubiera dado a las nuevas generaciones si me hubiera mostrado tibio ante tal afrenta?
Gracias a mi excelente forma física (realizo no menos de 2 flexiones diarias) y a mis conocimientos magistrales en una mezcla libre de Kung Fu y jota andorreña que yo mismo he creado, salí indemne de aquella reyerta a excepción de una leve perforación del pulmón izquierdo y la pérdida total del riñón o el páncreas (ahora no lo recuerdo), mientra que mis adversarios salieron francamente despeinados. Por otro lado, el Día de la Madre también me ha tenido ocupado; aún sabiendo que representa una fiesta meramente comercial, me gusta aprovechar la señalada fecha para darme otra vuelta por las gasolineras comarcales con la renovada esperanza de acordarme en cuál de ellas abandoné a mi procreadora.
En conclusión, sólo he dispuesto de tiempo para deletrear correctamente mi nombre y actualizar el relato de Augusto Espinardo, agregando un par de nuevos episodios AQUÍ. Terminaré, no obstante, haciéndoos un llamamiento para que vayáis a votar en las elecciones generales que se celebrarán mañana o pasado: en nuestra mano está frenar el avance vergonzoso de los tomistas zurdos.